Viaje al sur

Tal como dije hace ya dos días, hoy voy a continuar relatando mi periplo capitalino. Luego del baño cultural americano (entendiendo por americano todo el continente, no sólo el país del norte) antes de la llegada de los Castellanos a estas tierras, de estudiar con mi querida sobrina y cuidar el sueño del resto del núcleo familiar, compartí un bastante bueno café (digamos un café americano, ya que este contenía, ademas del grano de café, también algo de chocolate) con Uke y una bastante agradable conversación. Despuntando la mañana, partí rumbo a las tierras sureñas, disfrutando de un reparador sueño y de un paisaje bellisimo.
LLeve de compañero de viaje el libro de José Bengoa sobre los antiguos mapuches del sur, libro muy ameno que recomiendo por mostrar una imagen quiza más real de nuestra historia antes de Pizarro y Valdivia, tratando de eliminar los prejuicios existentes y la mirada peyorativa hacia lo indígena que lamentablemente existe en nuestor país.

Mientras el bus devoraba kilómetros hacia el sur, el libro me mostraba, a traves de una relectura de las crónicas españolas, lo avanzado que era la cultura por estas tierras, la gran cantidad de población existente desde el Bio bio al sur (superior al millon de personas), sin la creación de ciudades, sino que basadas en los lazos fraternales de convivencia y parentezco. Es interesante enbuirse en la mirada de Bengoa, para conocer la cultura mapuche a traves de los lustros y siglos, para entender su evolución y todo aquello que por ignorancia hemos y estamos destruyendo.

El paisaje sureño, con esos contrastes de nubes cargadas de lluvia, el sol y los verdes brotes de los hualles, raulies y demases, que solo la primavera en la Frontera nos puede mostrar, es algo, que tal como decian los cronistas españoles, "es la mayor maravilla del mundo", y ayuda a levantar y engrandecer el espiritu.

Lamento no haber tomado fotografias, pero estaba sin camara en el viaje